jueves, 15 de septiembre de 2016

Tarde de toros. Crónica irreverente


Jueves. La primera corrida de la Feria de Guadalajara 2016: para olvidar, muy flojos todos los protagonistas, con muchas dificultades al entrar a matar e incluso apuntillar. Espectáculo de los que no hacen afición, salvo pequeños detalles.

Tiempo agradable tirando a fresquito conforme avanzaba la tarde. Casi lleno en el Coso de las Cruces, con asistencia de algunos políticos de nivel nacional, además de los locales. La banda de música en su punto y las charangas de las peñas animando y amenizando las esperas.

Si existe alguna ley o norma de rango inferior que prohíba la entrada a menores a las corridas de toros en Guadalajara, comprobado está que no es de aplicación en este coso.

Y qué decir de los protagonistas principales del festejo: los toros, que no saben lo que les espera, o a lo mejor sí, a su manera, y no les queda otra que resignarse. Los toreros vinieron, hicieron su trabajo, regular tirando a mal, no era su tarde, cobraron y a otra corrida mariposa. Los toros, a las praderas celestiales.

El público aguantando, aunque de pañuelo fácil, dos orejas consiguió de una presidencia mansurrona y deseosa de contentar rápidamente al respetable.

Y el respetable, y el no tan respetable, volverá mañana al coso a ver el espectáculo, o lo que sea menester.

(Publicado en El Heraldo del Henares)


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